sábado, 14 de mayo de 2011

Dicen que a mal tiempo, buena cara...

... por eso siempre me veréis feliz.


Siempre sonreiré. Y sobretodo, espero, que ya nunca más deje de ser yo quien me controle. Porque dejarse llevar es fácil, sí, pero llega un momento en el que te tienes que plantar, tienes que decidir qué es mejor, o mejor dicho, qué es menos malo... porque hay situaciones en las que no hay una buena elección. Las buenas elecciones se toman al principio de un camino, cuando el recorrido es largo y queda mucho por vivir... cuando estás a mitad de camino, tus posibilidades de cambio se reducen... 

Hay quienes, aún a riesgo de tardar más en llegar a sus destinos, se dividen en grupos para ir por diferentes caminos, y cuando encuentran el camino adecuado, vuelven al punto de partida y van directos a la meta. 

Los hay que van por donde les guían, y eso les puede llevar tanto a la gloria como a la muerte. 

También los hay que toman decisiones a cada instante en el camino, y eso les ayuda a entender mejor el terreno que están recorriendo. 

Y luego están los que se pierden en medio de un camino y acaban ahogados en un río. Los que se pierden en una selva y resultan devorados por pumas. Los que se pierden en un camino, largo, que no lleva a ninguna parte, y acaban exhaustos de tanto caminar, se rinden, y perecen en el olvido. Los que se pierden en un tramo que es una circunferencia, un bucle, y no hacen más que tropezar y tropezar con lo mismo una y otra vez, y al final acaban sin ánimos, como en el caso anterior, y también perecen en el olvido. 

Sin embargo, también están los que se pierden... pero recuperan su camino. Los que dan vueltas y vueltas... hasta que ven un hueco en el camino, y se preguntan qué pasará si salen de ese bucle infinito que acabará matándolos. Los aventureros que, aunque sea un camino recto y aparentemente ilimitado, se lanzan a vivir experiencias para tener algo interesante en sus vidas. Los que, por muchos peligros que acechen, se meterían hasta en la más oscura cueva, en el más frondoso bosque y en la más temida selva. Esos son los que sobreviven. Los demás... simplemente digamos que, su camino, es... 


limitado.








Así que no seáis débiles ni ignorantes, y elegid sabiamente qué camino tomaréis... 

...y si estáis o no dispuestos a perderos en él.







PD: ¿Habéis visto cómo he empezado con una cosa y la he liado hasta otra? Esto nos demuestra que, al final, todo se reduce a una cosa... y esa cosa... lamento que no existe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario