lunes, 4 de julio de 2011

Una aventura de verano. (3ª parte)

27 de Junio de 2011.

Una larga despedida.


Había pasado apenas una semana desde que me ingresaron en el hospital, y ya me encontraba en plena forma. Mi hermana había venido a verme todos los días, como prometió. Estábamos hablando, cuando llegaron Sami y Edgar (que por cierto no había dejado de pedirme disculpas por el "incidente"). Le dije que si podía bajar a por unos vales para la tele, y que de paso me trajera unas papas y un refresco. Me miró con cara de extrañada, y entonces...:

- Dime el tiempo que quieres y yo me voy a dar una vuelta, que no estamos para tirar el dinero.
- (Intentando omitir una carcajada) Esto... qué perspicaz eres. Supongo que unos 30 minutos...
- No será necesario. Que baje y suba. No tardaremos en decirte lo que hemos venido a decirte.


Mi-er-da (sí, en esos momentos poco me importaban los diptongos o los hiatos). Creo que tenemos algo jodido entre manos. Ya veremos. Ya veremos...

- Escucha, baja y date una vuelta rápida, ¡pero quiero mis papas!
- Está bien... (balbuceó mientras cogía algo de dinero de mi cartera).

(...)

- Bueno, ya estamos solos. Sed directos.
- Me voy.


Zas.

- ¿ Adónde? ¿Por qué?
- A París. Trabajo.

¡No! ¡Me niego a aceptarlo! ¡ELLA no! ¿Por qué a París? Vamos, ¿en serio no hay nada más cerca? Yo qué sé, Barcelona, Madrid, Valencia... bueno, vale, ya está en Valencia... ¡Pero no se puede ir! ¡Me niego a aceptarlo!

- Vaya... va a ser...

No podía seguir hablando. Me sentía un mentiroso ocultando mis lagrimas. En ese momento se me venían encima cada uno de esos momentos en los que estuvimos ella y yo solos, y me carcomía por dentro no haberle dicho lo que sentía. Un año. ¿Poco? Increíble para mí, no podría definir si mucho o poco, pero ha sido inolvidable. Y ahora, se va. Y yo... ¡ME CAGO EN MI VIDA!

- Pero no te preocupes, volveré de vez en cuando, para haceros una visita...

Venga... ¿QUE NO ME PREOCUPE? ¡Pero bueno! ¿Estamos locos? ¿Nos está afectando el cambio climático o qué está pasando? ¡Llamen a un médico! ¿Que no me preocupe? Si no fuera porque la amo con todo mi corazón la mataba, ¡la mataba!

- Ah... eso va a estar bien. 

¡Y una mierda! ¡Hipócrita que eres un hipócrita! ¿Cómo puedes, aún en lo último de lo último, aún cuando ella se va a ir y no la vas a volver a ver hasta dentro de Dios-sabe-cuánto, decir esa gilipollez? ¿ESO VA A ESTAR BIEN? ¡Un puñetazo en la boca a ver si reaccionas! ¡Eso estaría bien!

- Bueno... me voy en 5 días...


¿CINCO... DÍAS...? Espera... creo que hay una palabra para definir esto: ¡MIERDA!

- ¿5 días? ¿Espera... cuánto hace que lo sabes?

Dudó. ¿Por qué dudas? ¿Qué me ocultas? Y sobretodo: ¡MIEEERDAAA!

- Emmm... bueno, eso ya da igual.

¿Tú me estás vacilando, verdad? Ahora es cuando salen los payasos y mis amigos disfrazados de monstruos y me dicen que es una broma, ¿VERDAD?

- Y tanto que da igual... 

Vale. Tío, es hora de que tu cara de cagado, de triste vagabundo y de capullo emocional se meta en mi gran culo y me deje a mí, a la parte de tu yo verdadero actuar. O ESO O LA PERDEMOS PARA SIEMPRE.

- Bueno, vale. ¿Y qué tienes planeado hacer?


Sonríe. ¿Por qué sonríe? ¿No sabes que eso sólo me enamora más de ti, y por lo tanto me hace sufrir más? ¿Es que acaso...? Espera, va a contestar.

- Bueno, tenía pensado hacer una cena con todos el uno. El día de antes de mi ida.
- ¿Nada más?
- No.
- Pues te acaban de surgir, así porque sí, 4 días llenos de citas conmigo.
- ¿Y si me niego?

¡PUES ME METO UN TIRO! ¿TE PARECERÍA BIEN? Me saca de mis casillas, de verdad... menos mal que tengo herramientas de casanova para todo.

- Bueno, para mí una despedida en condiciones contigo sería de esa forma, si te niegas a hacerlo a mi modo, yo me negaré a hacerlo al tuyo.
- No te sigo...

Sí me sigues, sí lo haces... ¡Ja, ja, ja! Las mujeres, tooodas iguales. Siempre quieren que le expliques lo más lógico, lo que no necesita explicación por simple, pero que a ellas les hace sentir... no sé como les hace sentir, pero les gusta.

- Mira, "chavalita", me refiero a que o pasas estos cuatro días que tenemos por delante conmigo y te vas más feliz que una perdiz a París, o no me verás en tu cena de despedida.
- Hala. Eso es muy egoísta por tu parte.

El amor... ¿te suena? Pues eso.

- Bueno, siempre puedes elegir.
- No es justo.
- Me da igual.
- ¿Por qué?

¡PORQUE TE QUIERO! Sí, ten los huevos a decirlo y te pongo en un altar.

- Porque quiero que pases unos felices días antes de dejar de verte durante mucho tiempo, para que te lleves un buen recuerdo de mí. (Derrochando estilo, ¡qué líder!)
- Pero si ya me llevo una buena imagen de ti...
- ¡Pues mejor! ¡Aún más buena!
- Mmmm... ¿Me dejas unos días para que me lo piense?

Vale. En un principio tengo que admitir que me cagué vivo. Creía que iba en serio. Estaba a punto de coger los desfibriladores y enchufármelos a la máxima potencia, a ver qué tal. Luego me di cuenta de que su "humor británico" siempre estaba presente. Era una de las cosas que más me gustaba de ella, que siempre estaba haciendo bromas.

- Bueno, te puedo dejar... (miré el reloj) Te puedo dejar 15 segundos. ¿Aceptas?
- ¿Quince segundos? ¿Por qué tan poco?
- Te quedan 10.
- ¿Estás de broma?
- 5.
- Está bien. Acepto.

¿Perdón? ¿La casa de la felicidad? Más que nada dígale a la dueña que seré su inquilino VIP durante 4 días.

- Empezaré por que me den el alta. ¡Garçón! ¡La cuenta!


Los cuatro días después, os los podéis imaginar. Fueron los más felices de nuestras vidas, ¡seguro! Por lo menos de la mía, sí. Hicimos de todo. Nos levantábamos a las 7 y nos acostábamos a las 12. Lamentablemente, en camas separadas. Aaay si la hubiera enganchado en aquellos tiempos de mozalbete... Bueno, volvamos al presente pasado, al momento de la historia más emocionante, a cuando me despedí de ella:



Vaya, ¡Mirar que hora es! Tengo que ir a alimentar a mi gato-dragón de siete cabezas, ¡lo siento! El siguiente capítulo será uno de los mejores, porque al fin sabréis quién era el hombre misterioso y qué pasa en la despedida... que os aseguro que hay sorpresa. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario