domingo, 16 de octubre de 2011

Miradas, Parte 2.

Y aquí estamos de nuevo, ¿has visto?


Bien, hoy continuaré con algo que empecé hace mucho, las miradas. No va a ser muy largo, puesto que la inspiración hoy no está de mi lado, pero intentaré que sea lo más agradable posible. Hoy, además, dividiré las miradas en dos grandes categorías, porque me apetece y quiero tener las cosas ordenadas. Las categorías serán las siguientes:

Miradas buenas        Miradas malas

  -¡Pero espera! ¿Buenas? ¿Malas? ¡Eso no aclara nada! 
Lo sé, por eso os concretó aquí lo que quiero decir: 
Con esta bipartición me quiero referir a cuáles son buenas y cuáles malas, desde el punto de vista del receptor de la mirada. Es decir, si te miran y acompañan esa mirada con una sonrisa (y voy adelantando un poco lo que extenderé a continuación) esa mirada será, claramente, buena. Sin embargo si te miran con el ceño fruncido y va acompañada (la mirada) de un cuchillo en la mano del que mira, claramente tienes que correr.


Allá vamos:


Miradas Cariñosas

Vaya. Pues éstas son de las mejores que existen. Suelen ser con los ojos entreabiertos y acompañadas con una sonrisa picaruela. Una buena palabra para definirlas sería ternura, porque, realmente, te reblandecen. Te hacen un poquito más sensible, y te encantan. Generalmente, este tipo se suele encontrar en parejas felices, en padres e hijos, y más aún, en abuelos y nietos. Como en todas las "Miradas buenas", se hacen contagiosas, y lo más seguro es que tú también acabes sonriendo.


Miradas Nauseabundas

¿Lo qué? ¿Disculpe? 

Este tipo es una de las peores miradas de las "miradas malas". Son miradas de superioridad, desprecio y odio. Una mezcla muy interesante. Son las típicas que te puedes encontrar acompañadas de una frase de la misma temática: ¡Me das asco! 
Bastante frecuentes en estos días que corren, personalmente las rechazo. Éstas son demasiado groseras y faltonas como para ir echándolas así, porque sí. El perfil de la persona que las utiliza no varía: Una persona que, sea como sea, de donde sea y haya vivido lo que haya vivido, le resulta muy difícil controlar su ira. Para mirar de esta forma, sólo tienes que estirar un poco la frente y denotar mucha pasividad... a no ser que quieras que parezca extremadamente insoportable. Entonces tendrás que poner la cara más fea que tengas y gritar con todas tus fuerzas los nombres, apellidos y las cosas que le harías a los familiares de alguien, pero sin olvidar que no lo odias, ¡TE DA ASCO!








Bueno, de momento va bien, una y una. Recuerdo, queridos lectores, que si alguno quiere añadir algo a este blog y sentirse importante, o simplemente ayudar un poco a estos dos vagos semi-escritores, lo puede hacer enviando un e-mail a rapstures@gmail.com o bien, si eres una persona/animal/cosa que nos conoce a alguno, comentarnos la idea en persona o vía e-mail a la siguiente dirección: rapstures@gmail.com



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