martes, 18 de diciembre de 2012

Encerrado en la mente de otro.

Bien, lo primero de todo aclarar que la historia que os voy  a contar a continuación la escribí probando una táctica extraña de escritura y sueño, y con intención de presentarla para mi representación de Psicología, por lo tanto hay unos términos que tendré que explicaros (de la mano de Wikipedia) de antemano. También aconsejo la lectura comprensiva, poco a poco e imaginando bien la escena, pues así disfrutaréis más de la historia. 

Terminología Específica:


Trastorno de Identidad Disociativo, más (o también) conocido como "trastorno de la doble personalidad". Es un diagnóstico controvertido descrito como la existencia de dos o más identidades personales en un sólo individuo, cada una con su propio patrón de percibir y actuar con el ambiente. Para que sea considerado este trastorno, al menos dos de estas personalidades deben tomar el control del individuo de forma rutinaria.

Paranoia.
La Paranoia es un término psiquiátrico que describe un estado de salud mental caracterizado por la presencia de delirios autorreferentes, en la que se pueden agrupar diversos tipos de sensaciones. La más común es la Manía Persecutoria, que trata de que el afectado siente una angustia insoportable por estar siendo perseguido por fuerzas incontrolables, que pueden ser toda clase de alucinaciones que le infunden temor e inseguridad.

Esquizofrenia.
La Esquizofrenia es un diagnóstico psiquiátrico en personas con un grupo de trastornos mentales crónicos,caracterizados por alteraciones en la percepción o la expresión de la realidad. Además, causa una mutación sostenida de varios aspectos del funcionamiento psíquico del individuo, principalmente en la conciencia de la realidad.


Y ahora que sabéis un poco de qué va cada trastorno, os dejo con el texto:


Un hombre uniformado entra en una de las habitaciones del hospital psiquiátrico. Él era un famosete psicólogo cognitivista (de los que estudian la mente del cliente para encontrar una solución a sus problemas), que se había ganado cierto respeto por haber curado varios trastornos psiquiátricos estudiando los razonamientos y el lenguaje de sus clientes, y aplicando una serie de terapias que se volvían revolucionarias ante las demás conocidas.
Cuando entró, se vio abordado por la plena oscuridad del cuarto. En el momento en que se dispuso a encender la luz, una voz le sobresaltó desde una esquina de aquel cuarto.

T-> Terapeuta
C-> Cliente


C-- ¿Quién es usted?
T-- Soy el Terapeuta que han enviado, vengo a ayudarle.
C-- Entre y cierre. Sólo entonces hablaré. No encienda la luz.
T-- Por mi seguridad preferiría sí hacerlo.
C-- Pero por su reputación, no.
T-- ¿Por mi reputación? ¿Qué sabe usted de mí?
C-- Entre y cierre.
Tras meditar unos segundos, el Terapeuta accede.
T-- Está bien.

(v Click a Ver más para adentrarte en la historia v)

lunes, 10 de diciembre de 2012

Otra noche más. #2

1ª Parte -> ( Otra noche más #1 )

Tras salir de mi cuarto y ver mi casa, viajamos hasta un parque que había cerca del lugar. Era un parque grande, sin embargo no solía haber mucha gente. Ahora parece ser que sentarse a pensar a la sombra de un árbol es perder el tiempo. 

Parece que nuestra cultura se basa en no perder el tiempo... ¿pero qué hacemos cuando trabajamos? ¿No es acaso, la que parece la única provechosa, la mayor de las formas de perder el tiempo? ¡Trabajamos para comprar nuestra libertad, nuestro tiempo! ¡Para coger vacaciones! ¡Para poder comer! Y, sobretodo, para darle un sentido a nuestra vida. Así es, ¿por qué si no cuando una persona pierde el empleo, a los pocos meses empieza a deprimirse? ¡Nos han enseñado que sin empleo no valemos nada¿Vida? Eso es algo que ya no tiene valor. Hoy en día la vida no es más que una deuda con todo el mundo que no saldas ni siquiera con la muerte. ¿Cómo va a haber tiempo para sentarte y disfrutar de una brisa fresca mientras le debes tu vida a tus padres, tu casa a tu banco, tu trabajo a tu jefe, tus estudios al estado, tu libertad a la sociedad, tu seguridad a la justicia y tus conocimientos a aquél que te los enseñó? 


Llegamos al parque y nos sentamos en un banco, ella estaba bastante enfadada conmigo pero, ¿qué podía hacer yo? Me encuentro indefenso ante sus ataques, aunque parezca que la puedo engañar... sólo me estoy engañando a mí mismo.

-- ¿Sigues enfadada conmigo? -le dije, para romper un poco la tensión-.
-- Yo no me enfado, yo te enseño lo que haces y tú eres el que se aflige por ende. 
-- ¡Pero eres tú la que me gritas, la que me dices que lo hago todo mal y me echas la bronca!
-- O quizá eres tú el que siente ese trato. 
-- Eso es ridículo. Si tú me gritas yo oigo tu voz fuerte, si te enfadas veo tu cara más amarga... 
--¿No te das cuenta? "yo oigo, yo veo". 
--Pero... claro que soy yo... el que siente lo que tú haces...
--Es verdad, sólo te estaba tomando el pelo. -me mira y se ríe a carcajadas-
--¿Cómo puedes ser así? 
--Así... ¿cómo?
-- -Totalmente irritado- Déjalo, de verdad. Hemos venido aquí para algo, dime, ¿cuál es la razón de este paseo?
-- -Vuelve a reírse a carcajadas- ¡Pues estamos apañados! Esperaba que tú me lo dijeras!
-- Yo no soy nadie para decirte nada a ti.
-- Mira, puede que al fin estemos de acuerdo en algo.
-- Hm... ¿y dónde están los otros dos? Ya sabes...
-- Pues creo que estaban esperándonos en el metro, ¿quieres que vayamos a verlos?
-- Sí, por favor. Y a ver si ellos nos pueden explicar qué hacíamos aquí.